No siento que se pueda ir bajo protesta a una farsa electoral. Es más, las “elecciones” de noviembre no son solo una farsa, sino que un delito, pues la designación o proclamación partidaria de Daniel Ortega, no es una proclamación, sino una notificación al pueblo de Nicaragua, de que contra viento y marea se violará la Constitución. Es, como se ha dicho, “una proclama ilegal”. Leer más
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